Detalles
Tus palabras pueden influir y cambiar el curso de un día o el curso de una vida, pueden inyectar seguridad en el corazón de un niño, pueden alentar a un esposo a lograr sus sueños, pueden reavivar la esperanza perdida de una amiga, pueden guiar a alguien al amor de Jesucristo, pueden abrir la puerta a la oración poderosa. Tus palabras son el espejo en que los demás se ven a sí mismos.¿Por cuánto tiempo pueden hallar eco nuestras palabras en los corazones y las mentes de nuestros hijos, nuestros esposos, nuestras amigas, hermanas y hermanos creyentes, y hasta el mundo entero? Por toda la eternidad, amiga mía. Hasta el final de los tiempos.